Wednesday, April 03, 2002

Cosas tan pequeñas como que te arreglen la máquina del café, a veces te puede alegrar mucho la vida. Y que aun encima por estar en el momento adecuado y en el sitio adecuado y con la gente adecuada te ganes un café gratis al hacer de tester de la máquina del café, ya ni te cuento. Tantos días esperándo ese café que no te sabe ni bueno, que solo has probado en una ocasión y que has echado de menos largamente, pero lo terminas echando de menos de una manera irracional al igual que el tabaco solo por el hecho de no llevar un paquete encima... si tuvieras seguro que no fumarías... y sin tener hasta le robarías a un niño de 2 años su mordedor para dejar de pretar los dientes contra sí en un ataque histérico. Ahora solo me quedaría para tener mi cúmulo de felicidad del día que me enchufaran la calefacción que me estoy helando.... y olvidarme que por el ansia del café y que a veces te dejas llevar por lo que hacen otros... me he escaldado la lengua en el primer sorbo... si todo esto empezó siendo una apología a las mariposas del campo y a la felicidad incontenible de un día soleado, pero qué le vamos a hacer si me desperté tarde, llovía y aun encima para un día que arreglan la máquina del café me he escaldo la lengua, pues quieras que no te condicionan un poco esos elementos para llegar a un estado de ánimo muy diferente al bucólico y pastoril que implicaban las mariposas en el campo... y que aun encima no hay calefacción. Créeme que desespera...
Espero que no pasen un día tan asqueroso como el mio, gracias.

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