Sunday, October 26, 2003

Losing myself

Solo quiero exterminar las cosas de mí que me avocan hacia una muerte interior y duele elegir conscientemente aquello que provoca el mal y erradicarlo de tu vida, pero quiero extirpar de mi órganos metafóricos para dejar de precipitarme a abismos sin retorno.

Quemar las heridas de mi alma, romper los espejos que devuelven una imagen que no soy capaz de dejar de mirar, romper el norte de todas las brújulas que caigan en mis manos.

Olvidar la esperanza y seguir cual desidia pasiva hasta que llegue el día que sin darme cuenta pueda ser capaz de andar por mi propia inercia.

Quisiera poder borrar mi influencia de la vida sobre los demás para poder estar mas cerca de la no-existencia.

Pero me engaño si no me confieso que soy yo quien más necesita aquello que quiero arrancar de mi vida.

Ni siquiera el autoengaño puede con mi mente demasiado racional, mente que me acompaña y mente que me lleva a desquiciarme cual loco lleno de verdades.

Quisiera entrar en coma para despertar algún día con la esperanza de que el tiempo y la ausencia en el mundo me han borrado ciertos pesares

Es como si tuviera amnesia a corto plazo y olvidara mis propósitos, y estuviera dentro de una espiral de dolor de la que el vicio por el sufrimiento no me deja salir.

No puedo con este día ya, como hace días que no puedo con las semanas, las horas se me hacen eternas, y las ganas de hacer se me secan.

El odio puebla mi ser, pero va en contra de mi persona, por no ser capaz de seguir mis propios consejos, mis propias palabras, haciéndome dar sentido al refrán "consejos vendo pero para mi no tengo".

Si fuera cobarde y me abandonara a mis pensamientos no me quedarían fuerzas para aguantar mi imagen ante el espejo, ni el peso de mi cuerpo sería capaz de arrastrarlo a la hora de caminar, ni el leve esfuerzo de abrir los párpados, quisiera quedarme inmóvil, quisiera quedarme, quisiera acabar ahí...

O quizás quisiera que la desesperación me agotara de tal manera que me llevara a perder la cordura y poder retirarme del mundo pensante y quedarme en la inconsciencia de igual manera...

Me siento cual cangrejo, rojo, que va hacia atrás, que se tiñe de apatía, que se tinta de desolación, que no encuentra consuelo, que ha perdido el saber estar y la máscara de felicidad.

Ni las palabras balsámicas pueden acabar con el escozor de las heridas, y no soy capaz de llevar una conversación que no sea calificada ególatra, ¿por qué no dejo de pensar en mi y me centro en los demás?

Supongo que es porque no puedo ayudar a nadie si yo no estoy bien, pero termino cayendo, cayendo al abismo, cayendo al infinito, una caída incesante, incipiente y que no encuentra fin, ¿dónde esta el suelo? Quiero terminar, quiero dejar la autocompasión.

Ójala tocara fondo, ójala pudiera encontrar paz, ójala la mierda que me rodea, en la que me amparo, desaparezca o me engulla de una vez.

Quisiera poder pedir un golpe de gracia para que descanse mi alma, que resurja, que renazca de sus despojos, que mude la piel que la anquilosa y la retiene, pero ni derechos tengo, ni siquiera a esto, perdonad mis palabras pero intento hacerme una cura vomitando mi dolor, cantándole mi pesar al mundo, aunque ni pretenda que me escuche.

Mis palabras se agotan, el nudo de la garganta crece, la tristeza llena mi vació y aunque no es nuevo, es más fuerte cada vez... espero responder con más fuerza, pues no quiero que acabe aquí todo, aún tengo proyectos por empezar...

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