La máquina de café me llama, me invoca, me atrae sobremanera... quizás le haga caso, quizás caiga desesperadamente entre sus garras.
Hay gente que echo de menos, gente que me falta, gente que aparté de mi vida... a veces me da por pensar, cosa rara ¿no? y más para una mujer... y realmente no me gusta lo que encuentro. Quizás esté cayendo en delirio de las ganas que tengo de saborear ese café que después me indigesta.
El clio camporil y vaquero llevaba una temporada de relax en lo que es velocidad... me está volviendo a llamar la velocidad... a veces solo existe la carretera y mi dominio ante tal velocidad. Contar con las distancias prudenciales con los demás vehículos de la carretera... Pensar solo en como pasa de rápido el paisaje y realmente poco más piensas...
Me gustaría ser invisible para las personas pasar como un elemente inocuo por sus vidas... no dejar residuos y ni siquiera buenos recuerdos... Lo he decidido... la máquina del café ha ganado... allá voy.